LOS VIERNES

Hay varios tipos de viernes. Cuando tienes que currar los viernes por la tarde, aparte de lo asquerosamente deprimente que resulta el tener que estar metido en la oficina, aprendes que las tardes de los viernes se pueden clasificar en muchas categorías y subcategorías. Se está convirtiendo en una costumbre el escribir en el blog los viernes. Hoy somos exactamente ocho. Normalmente somos más pero entre las vacaciones y las enfermedades estamos menos de los que somos.

Abajo en la calle está sonando una alarma de un coche que me está taladrando el tímpano. Lleva unos 15 minutos sin parar. Como siga otros 15 más no respondo de mi estado mental, puedo lanzarme por la ventana con un palo y empezar a darle golpes al coche para que pare.

Me da pereza todo, no tengo ganas de nada... ni de dormir, ni de comer, ni de mirar internet, ni de trabajar... los viernes por la tarde aquí no hay nada que hacer nunca... y como decía hay viernes y viernes. Están los viernes divertidos en los que somos muchos con muy buen humor y a alguien se le ocurre proponer algún juego tonto de esos a los que se juegan en el colegio durante la clase de historia. Normal que luego cuando nos pregunten qué cargo tenía Azaña nadie sepa responder. Ahora sí, me preguntas un animal, marca, nombre y lugar que empieze por la L y te los digo sin pensar.

También están los viernes expectantes, esos que has quedado para salir por la noche con la intención de tajarte hasta que te lleven a casa y aunque la tarde sea horrible tu ya estás contento de antemano y no hay nada que te amargue, ni siquiera un cliente borde... porque piensas... pobre, seguro que él no tiene plan para esta noche.

Y luego están los viernes normales. Y no digo viernes malos porque un día que precede a dos días libres nunca podrá calificarse como "malo". Los viernes normales son los viernes como hoy.

Tengo abiertas nueve paginas de internet y no me apetece mirar ninguna. Tengo conectadas a siete personas en el msn y no me apetece hablar a nadie. La modorra y la apatía se han apoderado de mí...por no apetecerme no me apetece ni respirar... menos mal que es una de esas funciones motoras o como se diga que el cuerpo hace solo y tu no tienes que hacer esfuerzo (esque en clase de biología nos gustaba más el profesor y prestábamos un poco más de atención aunque tampoco mucha)

Me empiezo a acordar del trocito del telediario que ví ayer... y digo trocito porque verlo entero es más deprimente que estar aquí metida toda la tarde... Matías decía "Los niños de ahora juegan a la play-station"... y si yo tuviera aquí una play-station ni siquiera tendría ganas de jugar con ella.

Me acaban de ofrecer un caramelo pero tengo que levantarme a por él ... además son de zanahoria... digo que no quiero. ¿Cómo es posible que un caramelo sea de zanahoria?

Me duele el dedo meñique. Debe ser de no moverlo. Alomejor se ha muerto y me lo tienen que cortar... podría inventarme muchas historias cuando la gente me preguntara porque tengo solo cuatro dedos en la mano izquierda (aunque quizás no me lo preguntarían porque es un poco indiscreto... no sé... yo si veo a alguien con menos extremidades de las normales no suelo preguntarle, no es muy apropiado) Esto me recuerda cuando tenía 17 años y me fuí un par de meses a un pueblo que estaba en N.Y. a 6 minutos exactos en coche de Woodstock (el del concierto). El padre de mi familia solo tenía dos dedos en el pié derecho porque se le había caído una máquina encima. Me decían que por la noche los tres dedos fantasmas iban andando por la casa. Era lo típico, asustar a la extranjera de turno. No habían caído en la cuenta que no tenía 9 años.

La alarma sigue sonando abajo y ya no me molesta... ya parece normal que suene...

Y pienso en la suerte que tiene la gente que no trabaja los viernes por la tarde. Luego pienso en la suerte que tengo yo porque ya no tengo que trabajar los sábados por la tarde. Los sábados por la tarde en los que había que trabajar no se podían clasificar como los viernes porque entraban todos dentro de la misma categoría: espantosos...

La alarma ya se ha parado.